Veo, estupefacta, este mediodía, en las noticias, que han detenido a un pontevedrés por avisar de un control de tráfico a través del Whatsapp. Y que lo que se le imputa es un delito de revelación de secretos.
Teniendo en cuenta que, dentro del Título XVII, Capítulo IV, del Código Penal, sólo podríamos encajar esta conducta en el artículo 418 («El particular que aprovechare para sí o para un tercero el secreto o la información privilegiada que obtuviere de un funcionario público o autoridad, será castigado con multa del tanto al triplo del beneficio obtenido o facilitado. Si resultara grave daño para la causa pública o para tercero, la pena será de prisión de uno a seis años«), me parecía tremendo que se pudiera considerar «secreto» o «información privilegiada» el ver a los agentes en un punto de la carretera, sacar una foto y mandársela a un colega.Vamos, que me parecía tremendamente público el que la Guardia Civil estuviera allí; no veía el secretismo.
Ahora bien, como es bueno ver la noticia en varios sitios, a ver si coinciden y cómo la explican, la leí también en el Faro de Vigo y allí ya cuentan otra cosa. Resulta que el sujeto en cuestión no hizo lo que yo creía (sacar una foto del control y mandarla a un colega, que es lo que parece en el vídeo de la noticia), sino que difundió «la captura del programa de una jornada de trabajo en el que figuran los lugares donde se iban a colocar los radares y los agentes encargados de esta labor«, con bastante probabilidad, con ayuda de alguien «de dentro». Evidentemente, eso sí es revelación de secretos.
La duda que me queda ahora es si, como decían o daban a entender en Telecinco, los guardias lo vieron con el móvil y encontraron el mensaje en el Whatsapp o esto se encuadra en el marco de una investigación en la que tenían autorizada la intervención de las comunicaciones. Porque, no nos engañemos, el Whatsapp no es más que un sistema de mensajería y los mensajes son privados. Así que, como una carta o una llamada, tampoco la Guardia Civil los puede interceptar/leer sin mi autorización o la del juez.
En todo caso, lo que nos queda claro es que ya tenemos que tener cuidado hasta para mandar un Whatsapp.