ADP: Lionel Hutz (Los Simpson)

Es viernes. Último día del mega-acueducto. Sin duda, hay que hacer un post un poco lúdico, así que vamos con un ADP original:  Lionel Hutz, de los Simpson.

No es un ejemplo a seguir, desde luego… Pero nos hace reír y es una buena manera de empezar el fin de semana (o de continuar el puente).

Vulneración del derecho a huelga

Estamos en medio de un mega-acueducto, así que no sé si alguien se pasará hoy por aquí, pero, por si viene alguien, os dejo con una noticia interesante.

El Tribunal Supremo ha confirmado que Telemadrid vulneró el derecho a huelga de sus trabajadores, al considerar probado que la cadena obligó a sus empleados a dejar preparados sus programas, de manera que los podía emitir pregrabados cuando empezaba el horario de la huelga. Para facilitar esto, además, cambió el horario de emisión de algunos programas, con el fin de ofrecer una «visión de normalidad» a los espectadores, que no tenían ni idea de lo que estaba pasando, de que los trabajadores de la cadena estaban en huelga. Así que, obviamente, lo que perseguían con su huelga, no lo conseguían.

El Auto lo puedes leer aquí.

Especial 33 aniversario

Post especial por varias razones: es martes (no suelo publicar los martes), es festivo (eso da igual porque, como programo las entradas, podría publicarse aunque yo estuviera en otra parte) y es el trigésimo tercer aniversario de nuestra Constitución.

Para celebrarlo, os dejo dos links interesantes: la Constitución Española para niños (y no tan niños, porque a mí me ha encantado) y la Constitución Española para mayores (es decir, la Constitución Española «y punto»).

¡Feliz día de la Constitución!

Diccionario jurídico: Publicidad engañosa

Se entiende por publicidad engañosa aquélla que, de cualquier manera, incluida su presentación, induce o puede inducir a error a sus destinatarios, pudiendo, por ello, afectar a su comportamiento económico, o perjudicar o ser capaz de perjudicar a un competidor.

Los requisitos para apreciar si una determinada publicidad es o no engañosa (en su modalidad clásica de engaño por omisión) guardan relación con el deber de diligencia pues, aunque no sea obligación del anunciante informar a los destinatarios de todas y cada una de las características de los productos o servicios que oferta, debe desvelar aquéllas que sean necesarias para no generar con el mensaje falsas expectativas en el púbico a que alcanza, teniendo muy presente el tipo de personas o círculo de destinatarios a que se dirige, a fin de conocer la interpretación que las mismas den al mensaje, conforme al criterio de un consumidor medio, normalmente informado y razonablemente atento y perspicaz  (Sentencia Audiencia Provincial de Barcelona de 15 de febrero de 2006).

Caso real: Las pulseras Power Balance, que se vendían indicando que favorecían el «equilibrio corporal»,  mejorando nuestra fuerza, equilibrio y flexibilidad. Y, sin embargo, parece que ahora tienen que indemnizar a un montón de clientes que se sintieron estafados (ver aquí) y reconocen que no había evidencia científica que apoyase sus afirmaciones publicitarias. Efectivamente, se crearon falsas expectativas al público, que esperaba todos esos beneficios físicos. Lo que me genera más dudas es que podamos hablar de un consumidor «razonablemente atento y perspicaz» porque ¿realmente alguien atento y perspicaz creyó alguna vez que un trozo de goma lo podía hacer más fuerte y flexible? Es, por lo menos, raro… Lo mejor es que luego van los consumidores y presentan una reclamación porque «las pulseras no tenían más poder que el que se puede esperar de un simple trozo de goma». Precisamente. ¿Por qué esperaban otra cosa de un simple trozo de goma?

ADP: Sir Wilfrid Robarts (Testigo de cargo)

Unos fragmentos de «Testigo de cargo» o «Witness for the Prosecution»  (1957), en donde nos encontramos con otro abogado de película: Sir Wilfrid Robarts, un abogado mayor y con ciertos «achaques», que defiende a su cliente, acusado de asesinato.

Al margen de la historia en sí y de lo genial de los personajes, lo primero que se me viene a la mente al ver estas imágenes es… ¡menos mal que no tengo que llevar peluca! No sé hasta qué punto me quedaría bien…