Unos fragmentos de «Testigo de cargo» o «Witness for the Prosecution» (1957), en donde nos encontramos con otro abogado de película: Sir Wilfrid Robarts, un abogado mayor y con ciertos «achaques», que defiende a su cliente, acusado de asesinato.
Al margen de la historia en sí y de lo genial de los personajes, lo primero que se me viene a la mente al ver estas imágenes es… ¡menos mal que no tengo que llevar peluca! No sé hasta qué punto me quedaría bien…