Diccionario jurídico: acusación pública, particular y popular

En el proceso penal, rige el principio acusatorio, por lo que es necesario que alguien acuse para que se pueda juzgar a una persona. ¿Y quién puede acusar? Puede haber tres tipos de acusaciones distintas.

Tenemos, en primer lugar, la acusación pública, que es la que ejerce el Ministerio Fiscal. Su función es velar por la legalidad, así que, aunque nadie más acuse, el Fiscal ha de hacerlo para garantizar que la ley se cumpla. Incluso si soy perjudicado por un delito o falta y no quiero tener abogado (no quiero ejercitar la acusación particular, de la que luego hablaremos), el Fiscal seguirá con la acusación y pedirá, incluso, la indemnización que entienda que me corresponde.

Si resulta que soy perjudicado por un delito o falta y sí quiero participar en el procedimiento que se siga por ello, ejercitaré la acusación particular, representado por procurador y asistido por abogado. A veces, es imprescindible, como en los delitos de injurias y calumnias, que no pueden perseguirse más que a instancia de parte (si dejo de acusar, en estos casos, no puede seguir el Fiscal por mí, salvo que sea funcionario público, autoridad o agente de la misma y que los delitos tengan que ver con hechos concernientes al ejercicio de mi cargo).

Y, por último, tenemos la acusación popular (famosa ahora por el caso de la infanta Cristina y la posible aplicación de la doctrina Botín). La acusación popular viene recogida en el artículo 125 de la Constitución Española como un derecho que tienen los ciudadanos españoles. Se trata de que cualquiera (persona física o jurídica) puede ejercitar acciones penales en defensa de la legalidad (es decir, sin tener que ser perjudicado, un poco como el Ministerio Fiscal), salvo para perseguir delitos privados o en la jurisdicción militar. Esta acusación es la que ejercitan las asociaciones como Manos Limpias, por ejemplo, pero podríamos hacerlo cualquiera de nosotros.

De este modo, entiende nuestro Derecho que se garantiza el cumplimiento de la legalidad, ya que si no acusa uno, acusará otro, y el delincuente siempre será juzgado… ¿Siempre?

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